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Cómo reducir el tiempo de inactividad en equipos viales.

En el ámbito de la maquinaria vial, el tiempo de inactividad es uno de los principales enemigos de la productividad. Cada minuto que un equipo está detenido implica retrasos en las obras, pérdidas económicas y presión adicional sobre los recursos disponibles. Afortunadamente, existen estrategias concretas para reducir estos tiempos de parada y mantener los equipos operativos por más tiempo.

Vista Cenital de Excavadora sobre orugas cargando tierra sobre un camión.

En cualquier proyecto de obra pública o privada que involucre maquinaria vial pesada —como palas cargadoras, topadoras, motoniveladoras o retroexcavadoras—, el tiempo de inactividad es un factor crítico. Cada equipo detenido representa horas o días de retraso, aumento de costos operativos, pérdida de eficiencia y, en muchos casos, un impacto contractual negativo.

Minimizar estos tiempos no es una cuestión de suerte. Es el resultado de aplicar una serie de buenas prácticas en mantenimiento, gestión de repuestos, capacitación técnica y planificación logística. Este artículo aborda en profundidad las claves para reducir al mínimo el tiempo en que los equipos viales están fuera de servicio, sin sacrificar la seguridad ni la calidad del trabajo.


1. Implementar un plan de mantenimiento preventivo riguroso

El mantenimiento preventivo no es un gasto: es una inversión. Permite detectar problemas antes de que ocurran y evitar fallas inesperadas que podrían generar paradas prolongadas o daños costosos.

Un buen plan preventivo debe incluir:

  • Relevamiento periódico del estado general del equipo (sistema hidráulico, transmisión, frenos, motor, etc.).
  • Control de horas de trabajo, con servicios programados en función del uso real.
  • Reemplazo sistemático de piezas de desgaste como filtros, bujes, sellos, mangueras y correas.
  • Registro histórico digital o en papel, para facilitar la trazabilidad de reparaciones anteriores.

Al contar con información anticipada, es posible programar los mantenimientos en momentos de menor demanda, reduciendo el impacto operativo.


2. Utilizar repuestos de calidad comprobada

Una práctica común, pero riesgosa, es optar por repuestos económicos que no cumplen con los estándares internacionales de fabricación. Estos componentes pueden fallar prematuramente y dañar otros sistemas del equipo.

Un repuesto de calidad:

  • Garantiza compatibilidad dimensional y funcional.
  • Soporta las condiciones reales de trabajo (presiones hidráulicas, temperatura, vibraciones).
  • Tiene mayor vida útil, lo que reduce la frecuencia de intervención.
  • Evita paradas imprevistas y la duplicación de tareas por fallas recurrentes.

Siempre que sea posible, conviene elegir repuestos que cuenten con certificados de fabricación, normas ISO o equivalencias originales.


3. Capacitación técnica constante del personal de mantenimiento

Los técnicos encargados de revisar, diagnosticar o reparar maquinaria vial deben estar constantemente actualizados. Las tecnologías evolucionan y los equipos modernos cuentan con sistemas electrónicos, sensores y software de diagnóstico que requieren formación específica.

Un técnico capacitado:

  • Identifica la causa raíz de una falla, no solo el síntoma.
  • Evita intervenciones innecesarias o mal ejecutadas que pueden agravar el problema.
  • Reduce el tiempo de parada al saber qué revisar y cómo actuar de inmediato.
  • Trabaja con criterios de seguridad y eficiencia, clave en entornos de alto riesgo.

Invertir en capacitación técnica es una forma directa de reducir tiempos muertos y evitar errores costosos.


4. Optimizar la logística y disponibilidad de repuestos

Una causa frecuente de inactividad es la falta de repuestos al momento de la falla. Aunque el diagnóstico sea claro y la reparación simple, si el componente no está disponible, la máquina queda inmovilizada.

Algunas recomendaciones para evitar este cuello de botella:

  • Mantener stock mínimo rotativo de los repuestos más críticos (sellos hidráulicos, filtros, válvulas, etc.).
  • Establecer acuerdos con proveedores confiables con entrega ágil o repositorio regional.
  • Implementar sistemas de seguimiento de stock y alertas de reposición automáticas.
  • Tener listados de equivalencias y alternativas, para resolver urgencias sin demoras.

En algunos casos, hasta una pequeña manguera hidráulica puede detener una motoniveladora durante días si no se anticipó su reposición.


5. Evaluar la posibilidad de reparar o reconstruir componentes

No todos los componentes dañados deben reemplazarse por uno nuevo. En muchos casos, la reparación o reconstrucción de piezas clave permite ahorrar tiempo y dinero, sin perder funcionalidad.

Ejemplos comunes incluyen:

  • Cilindros hidráulicos: se pueden bruñir, cambiar sellos o cromar vástagos.
  • Transmisiones automáticas: son reparables con kits de juntas y convertidores.
  • Mandos finales y diferenciales: pueden reconstruirse si el daño es parcial.
  • Bombas hidráulicas y válvulas: muchas veces solo requieren limpieza y calibración.

Estas intervenciones deben realizarse con profesionales calificados y bancos de prueba adecuados, para garantizar un funcionamiento seguro y duradero.


6. Monitorear indicadores y usar tecnología para anticiparse

La digitalización llegó también a la maquinaria vial. Existen herramientas que permiten realizar monitoreo predictivo, midiendo variables como:

  • Temperatura del aceite hidráulico
  • Presión de los sistemas
  • Estado de filtros
  • Vibraciones o ruidos anómalos
  • Consumo de combustible

Además, con software de gestión, se pueden integrar datos de mantenimiento, historial de fallas, seguimiento de repuestos y programación de tareas. Esto permite anticiparse a los problemas antes de que ocurran.


7. Documentar y planificar en conjunto con los operadores

El operador es la primera línea de defensa frente a posibles fallas. Es fundamental que esté entrenado para:

  • Detectar ruidos o comportamientos anormales.
  • Reportar con rapidez y claridad cualquier señal de alarma.
  • Contribuir a los controles diarios básicos: niveles, luces, fugas, presión, etc.

La comunicación fluida entre operadores y el equipo de mantenimiento es clave para actuar antes de que un problema menor se transforme en una parada total.


Conclusión

El tiempo de inactividad en maquinaria vial no solo genera pérdidas, sino que compromete la productividad, los plazos de entrega y hasta la seguridad en el trabajo. La buena noticia es que existen herramientas concretas y prácticas probadas para reducir drásticamente esos tiempos muertos.

El camino incluye: mantenimiento preventivo, repuestos confiables, técnicos capacitados, logística eficiente, reparación inteligente y el uso de tecnología para monitorear y anticipar. Cuando estas estrategias se aplican en conjunto, los resultados son equipos más disponibles, obras más fluidas y operaciones más rentables.

En Motorcisa creemos que….

«Reducir el tiempo de inactividad en maquinaria vial no depende de una única acción, sino de una combinación de buenas prácticas técnicas, organizativas y logísticas. Anticiparse a los problemas, actuar rápido cuando aparecen y contar con repuestos confiables son pilares fundamentales para asegurar la continuidad operativa en el trabajo diario»

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